La Asociación de Navarra de Corredurías de Seguros comparte una jornada con su Grupo de Apoyo, las compañías que apoyan el trabajo de la Asociación en defensa de la figura del corredor de seguros.

ANACOSE es conocida entre las compañías de seguros que operan en Navarra por sus muchas actividades relacionadas con el entorno profesional. Jornadas de formación, informativas o las que cada periodo concitan a los profesionales del sector en los premios San Francisco Javier. Pero esta vez ha sido diferente, pues los y las responsables de la asociación, junto a un nutrido grupo de corredores y corredoras de seguros, han celebrado una jornada en la que han querido hacer partícipes a las compañías que forman parte del Grupo de Apoyo, aquellas que con su aportación facilitan que ANACOSE pueda llevar a cabo sus actividades anuales.

Una jornada lúdica que sirve para estrechar vínculos y en la que se ha hablado de todo, tanto de cuestiones profesionales como de otras más banales (Osasuna está en primera, por si no lo sabían).

El encuentro tuvo lugar el pasado jueves 30 de mayo, con la asistencia de más de cuarenta personas, en Tierra Estella, con la bodega Pago de Arínzano como primer lugar de encuentro, donde tuvo lugar una interesante tertulia sobre distintos temas de actualidad referentes a la mediación, las formas de trabajar con las distintas compañías aseguradoras, los modelos de negocio o el futuro de la profesión, cada vez más demandada y valorada por los consumidores.

Tras un inicio del día de carácter profesional, la comitiva se deslazó al Circuito de Los Arcos, donde los y las asistentes pudieron demostrar sus dotes a los mandos de un kart en varias tandas de conducción, un divertido break que dio paso a la comida, de nuevo en las instalaciones de la bodega Pago de Arínzano (a la sazón remodelada por el arquitecto navarro Rafael Moneo).

Tras el ágape, servido por cierto por el prestigioso restaurante Maher, la sobremesa sirvió de nuevo para charlar de lo divino, lo humano y lo profesional. Una jornada que tendrá futuras réplicas dado el buen sabor de boca que dejó entre los y las asistentes, alejada de la pelea diaria y que muestra lo importante que es ser un o una buena profesional, tanto como el trato humano y cercano que nos debemos. Lo cortés, ya se sabe, no quita lo valiente.